¿Has oído alguna vez hablar de los aceites esenciales? Estoy segura de que sí. Están en todas partes y sirven para un montón de cosas. Si allá por donde vas encuentras referencias a los aceites esenciales y sus magníficas bondades, pero todavía estás perdida en qué son y para qué se utilizan, es momento de leer este artículo.
Junto con el consejo de ByAlejandra, experta en cosmética y en últimas tendencias, he preparado este artículo a modo de decálogo, con todo lo que necesitas saber sobre los aceites esenciales y sus usos.
¿Qué son los aceites esenciales?
Básicamente son los extractos concentrados de ciertas plantas, mucho más puros, sin diluir y sin aditivos de ningún tipo. De forma que, únicamente contienen moléculas activas de la planta y sus defensas naturales, conseguidas gracias a su proceso de elaboración. Para que nos entendamos, estaríamos hablando del licor de la propia planta, y por ello reciben el nombre de «esenciales».
Se les llama aceites, además, porque son productos lipófidos. Es decir, no se mezclan con el agua, al contrario de que ocurre con el aceite de oliva. Aunque no contienen cuerpos grasos, como sí sucede con éste, y por ello no son grasientos. Estas características hacen que no sean un aceite vegetal. Por otra parte, gracias a su propiedad lipófila, penetran en la piel de forma instantánea, atravesando las capas más profundas, sin dejar un rastro pegajoso.
Por todo esto, los aceites esenciales son los reyes de la cosmética bio, eco y orgánica, un producto cosmético que se ha puesto muy de moda, sobretodo porque muchos son multidisciplinares, eficaces y además se pueden personalizar. Pero también, porque están avalados científicamente por sus numerosos beneficios y porque se trata de productos sin conservantes y libres de sintéticos
Aunque cuidado, no todos son iguales. De hecho, muchos son objeto de falsificación, adulteración y de usos indebidos.
¿Cómo diferenciar los aceites esenciales auténticos?
Diferenciar los aceites esenciales «fake» de los realmente auténticos, es más fácil de lo que inicialmente puede parecer. Se trata de fijarnos en la etiqueta de composición en la que deben aparecer los siguientes términos:
- Sello AEBBD, traducido quiere decir: Aceite Esencial Botánica y Bioquímicamente Definido. Esto indica que el laboratorio en el que ha sido elaborado tiene su «carnet de identidad». Además, el sello vienen acompañado de la procedencia.
- Sello Agricultura Ecológica (del país o de Europa) o el sello ECOCERT, si es un producto de cosmética.
- Mención a producto «100% puro y natural«, lo cual indica que no ha sido diluido o alterado con químicos o sintéticos.
- El precio. Si un aceite esencial cuesta 2€, es el momento de que salten todas tus alertas. Probablemente proceda de destilación muy corta y que por ello no cuente con todos sus beneficios. Para poder obtener un litro de aceite esencial son necesarias grandes cantidades de materia prima, por ejemplo de rosas o jazmínes, que debe haber sido recolectada a mano y no a cualquier hora para que la flor mantenga todas sus propiedades. Esto explica la potencia pero, también su precio.
¿Para qué sirven los aceites esenciales?
Antes de conocer los muchos usos y aplicaciones que tiene los aceites esenciales, debes tener en cuenta la importancia de leer las indicaciones de uso de cada producto.
La mayoría de los aceites esenciales son muy empleados en la cosmética, pero también en fisioterapia y en psicología para proporcionar placer y bienestar. De hecho, podemos usarlos de varias formas: via tópica, respiratoria y via oral. Por esto, el mundo de la cosmética está repleto de productos elaborados con aceites esenciales, que además cuentan con muchos beneficios.
Al ser ricos en vitaminas y en ácidos grasos insaturados, hidratan y nutren la piel en profundidad. Aunque debemos tener cuidado al aplicarlos, al ser concentraciones altas debemos diluirlos en sustancias conductoras. De hecho, sólo los aceites esenciales de lavanda, manzanilla y árbol de té pueden aplicarse directamente sobre la piel. Sabiendo esto, los aceites esenciales se pueden aplicar sobre:
- El rostro: ya que son reanimadores de la piel y bloquean algunos procesos de degradación de la piel. También, fomentan la renovación celular y devuelven el resplandor y la flexibilidad a la piel.
- El cuerpo: masajeándolos sobre ciertas partes del cuerpo nos ayudan a tratar problemas precisos, estimular la microcirculación y facilitar la pérdida de agua para combatir la celulitis.
- El cabello para activar la microcirculació, relajar el cuero cabelludo y devolver el tono y la hidratación al cabello.
Otro de los usos más recurrentes de los aceites esenciales es la aromaterapia, ya que cuentan con efectos relajantes.
Además, algunos aceites esenciales cuentan con propiedades antibióticas, antiinflamatorias, antisépticas o antivíricos, entre otras. Por ello, bajo prescripción y supervisión médica, también podemos tomarlos de forma oral.