Mientras unos advierten de los peligros que implica comer jamón ibérico o serrano durante el embarazo, otros hablan de la posibilidad de comerlo sin que ello conlleve ningún problema. Pero ¿a quién deberíamos creer?
Esta es una situación por la que atraviesan muchas mujeres cuando se quedan embarazadas y se les plantea el hecho de tener que cambiar sus hábitos alimenticios. Por ello, hemos querido prestar atención a este asunto en el artículo de hoy y solucionar todas las dudas relacionadas sobre por qué las embarazadas no pueden comer jamón.
Por qué las embarazadas no pueden comer jamón
Este es un asunto en el que ni los propios científicos se ponen de acuerdo sobre los motivos por los que se desaconseja comer jamón durante el embarazo. Si bien es cierto, que existe una lista de alimentos dudosos, entre los que destaca el jamón.
Según un estudio publicado en el 2016, se concluía que gracias al método tradicional de salado del jamón serrano e ibérico se aseguraba la eliminación total del parásito de la toxoplasmosis godii. Por ello, siempre que se respete los periodos de curación establecidos en las normativas vigentes no tiene por qué haber peligro. Es decir, siempre que el jamón tenga a partir de 18 meses de curación. Además, esto debe estar detallado en el etiquetado de cada jamón por parte de los fabricantes o productores. En conclusión, cuanto más tiempo de curación, mayor seguridad.
Sin embargo, ante esta circunstancia, hay mujeres que no quieren jugársela y tampoco prescindir de este manjar en su alimentación durante los 9 meses de la gestación, y deciden congelarlo durante 10 días a unos -22 grados antes de comerlo. Si tú también te animas prueba a con el catálogo de Jamón Puro Bellota.
Por otro lado, La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) afirma que esta medida no es necesaria, siempre que el jamón haya pasado por una cadena de producción controlada por Sanidad. Por lo que, si estás embarazada y piensas en comerte una tapita de jamón procedente de la matanza en el pueblo de este año, mejor no lo hagas. Lo más seguro es que el cerdo no haya pasado los controles que comprueben si el animal tenía o no toxoplasmosis, lo cual sí pone en riesgo la gestación.
En definitiva, durante el embarazo se debe evitar consumir carne poco hecha o cruda por riesgo de contraer toxoplasmosis, lo cual afecta a derivados como los embutidos y los ahumados. De la misma forma, las embarazadas deben tener sumo cuidado con los lácteos crudos por riesgo de infección de listeria, es el caso de ciertos quesos elaborados con leche cruda.
Además, está el tema del anisakis, que se corre el peligro de contraer por medio del pescado crudo como sushi o los boquerones en vinagre. Dos de los pescados que lo tienen en gran medida son la merluza y la anchoa, por ello es recomendable congelarlo al menos durante 48 horas por debajo de los -30.
Con todo, espero haber podido despejar las dudas de muchas de vosotras. Ahora, contadme ¿Coméis o habéis comido jamón durante el embarazo?